lunes, 2 de julio de 2012

Una costurera


Mi garganta está que se la lleva el diablo. Hierve en úlceras provocadas por comer agujas, mi abuela me decía que las remojara un poco en aceite pá que bajaran rápido, pero se me hizo fácil encajarlas y sin hilo. ¿Qué podía coser ahí adentro?, un adentro que aunque sea yo, nunca podré conocer, a menos que un cuerno de toro me rebanara en una ida de pinta a España (pero allá no porque no nos quiere...n, mejor me imagino lo que puede ser mi estómago y me dejo de putangadas de irme a morir en tierra enemiga sólo para ver un pedazo de tela gástrica que se une con 3 puntadas y unas úlceras de vergüenza que me cocen la garganta). Yo sabía que moriría de cáncer en los testículos, pero no tan pronto y con tanto miedo, tanto que ahora los huevos los tengo en la garganta (médicamente no tengo cáncer, y lógico que mucho menos testículos). No me da miedo morirme en hora y medio, me da miedo tener que sobrevivir y hablar como robót con un hoyo en la maldita garganta que se ha tartado en irse con el diablo.
Y pá joderla más, ni puta idea de lo que sea un robót. En 1927 uno sólo sabe que viene una segunda guerra mundial (con minúsculas porque apenas es predicción y no un suceso histórico). Ahora sí, que si no me creen lo de las agujas, ni hablar, la que se muere soy yo. Una costurera.

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