sábado, 9 de junio de 2012

Africanos

Cuando emprendo un viaje me gusta ver africanos enterrados en las montañas cargando sobre su cabeza (cubierta en montones de tela deshilachada y blanca) hojas, muchas hojas que forman la cabeza de una palmera vieja que van en contra de la gravedad, las hojas se hacen capullos peludos. Los africanos no se mueven, a menos que el veinto los roce, que los propietarios del terreno los talen. Mis africanos son de tronco verde, a veces gris dependiendo del grado del Sol, del tiempo, y de que tan empañado esté el vidrio del autobús. Yo los veo erectos, bien educados, siempre bajando (aunque no bajen, pero como si lo hicieran). Por las noches sólo veo manchones blancos.

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